02 Sep Cuaderno “1”: Elogio de la negociación
La falta de vigor de la que adolecen los “proyectos comunitarios”, entendiendo por tales, aquéllos que en distintos planos (español o europeo, por ejemplo) pretenden ampliar la red de cohesión económica y social, es una característica notable del momento presente.
Así mismo, quizás por la crítica situación de la economía, se da una considerable dificultad para que los gobiernos, los parlamentos y los agentes económicos y sociales conjuguen intereses y propuestas anticíclicas y asuman, no solo la representación de intereses y demandas, sino también la del reparto de cargas y deberes para recomponer la economía y la sociedad.
La percepción social generalizada de esta situación, determina un estado de ánimo de inseguridad y provoca reacciones individuales y colectivas de individualismo, corporativismo, visión localista y estrecha de los problemas y las soluciones y dificulta la salida de la situación de riesgo que vivimos.
Esto agrava la crisis y sus consecuencias, deteriora la confianza en los portavoces políticos, económicos y sociales, y provoca desaliento, justo en el momento en el que el aliento es más necesario.
Para superar este estado de cosas se necesita, no un consenso práctico sobre reformas (mercado de trabajo, sistemas de previsión social, servicios públicos y administraciones públicas o sobre políticas estratégicas como educación, energía, inmigración o recursos hídricos) sino un consenso sobre la importancia de construir y reconstruir, permanentemente, el entramado social como red de seguridad presente y futura.
Esta concepción de la teoría política, en la que gobernar tiene como objetivo, no sólo dirigir a los ciudadanos, sino también ligarlos a un proyecto común en el que participan activamente, lleva implícito el concepto de negociación como medio para ampliar la responsabilidad de los líderes políticos y sociales en la tarea de aportar gobierno y así, estabilidad y seguridad para todos.
En efecto, la negociación, como proceso orientado a la solución de conflictos sobre la base de la conciliación de intereses, se convierte en un valor a preservar y difundir por ser necesario en el sostenimiento y mejora de la organización social.
Por ello es pertinente elogiar aquí la negociación, no sólo, como una eficaz técnica de gestión, sino sobre todo, en su dimensión más relevante, como un necesario aprendizaje social.